Si se muestra una imagen de una persona tirándose una cubeta de agua en
contraposición a una en la que un niño de un país con escasez de agua apenas se
moja los labios con la tapa de un garrafón, el efecto de impacto es descomunal,
el problema es su falta contexto.
Y ¿Funciona?
Bueno, en los vulnerables ojos del incauto una imagen que contrasta
dramáticamente la diferencia entre un país y otro trae como resultado a corto
plazo un reproche a la sociedad (virtual o imaginaria) en la que se vive y en
actos de contrición que duran minutos, hasta que se encuentra una nueva
publicación en qué distraerse, una más lúdica.
En una parte de la tierra un cúmulo de seres humanos empezó a tirarse
baldes de agua con hielo para combatir la “esclerosis lateral amiotrófica”.
Como vivimos en medio de una balacera mediática interminable dominada
por el idioma inglés (al menos en este lado del hemisferio), el enrevesado
nombre de la enfermedad (cuyos síntomas son desconocidos para neófitos hasta
que entramos a Internet) nos llegó bajo sus iniciales ALS acompañado por la
frase “Ice Bucket Challenge”.
Esto fue iniciado por un tal Corey Griffin, un norteamericano de 27
años, que quiso con dicha acción, recaudar dinero para un amigo suyo que sufría
de esta enfermedad.
La causa de acuerdo con la cadena CNN ha recaudado más de quince
millones de dólares. Si me preguntan ¿en
dónde está ese dinero? No podría responder. Tampoco sé si existe una cuenta
bancaria a la que las personas han estado enviando su dinero. Seguramente si existe.
Lo único que nos llega es el rostro de cientos de personas famosas y
millonarias tirándose agua con hielo encima.
Eso es todo. Por su puesto que el
bombardeo con los baldes ha sido tal que ya se desvirtúa resultando en una
serie de insultos fuera de proporción en contra dicha acción.
Las imágenes mostradas al hartazgo no generan sino urticaria y a cientos
de usuarios aduciendo que quienes lo hacen son unos idiotas.
Lastimosa e irónicamente para la causa, mientras millones de dólares continúan
desparramándose como el agua de los baldes, el señor Griffin murió ahogado este
pasado fin de semana mientras nadaba en un lago de Massachusetts.
El hielo se derrite. El agua se
pierde. En los países en donde existe la
escasez de agua probablemente continuarán teniendo ese problema sin que podamos
darles ni un balde mediante un “Me Gusta” en redes sociales.
¿Una pena? Quizás. Al menos
hasta que aparezca otro gatito de ojos tiernos que les distraiga.