El disparo fue accidental cuando
ella accionó el gatillo
La estela en el cañón de la escopeta
me encandiló
Apenas pude verla cuando estaba en
el suelo
Me habían disparado
Estaba en el piso
Y no había remedio
Tenía opción de incorporarme pero
quizás no me dieron ganas
Me gustó el golpe
Me inundé en la caída
La disfruté al máximo
Me envicié en ese nuevo mundo donde
fui transportado
Millones de recuerdos que se
alojaban en mi cabeza salieron disparados
No puedo encontrarlos
Eran recuerdos y pensamientos
innecesarios
Finalmente me incorporé a la
realidad
Y aquel disparo fue providencial
Ahora me muevo entre nóveles palabras
y me sumerjo en su poesía
Nunca había leído un torbellino tan
hermoso
Ella puede ser un torrente de agua fresca
o un lanzallamas y todo al mismo tiempo: Un río en llamas
Aprendo de sus señales
Devoro cada segundo
Me dejo llevar por la corriente de
sus escritos
Y me sumerjo cada vez más a medida
que pasan los días las horas
Ha sido un mes desde aquel disparo
inicial
Me han preguntado ¿cómo te va?
Sonrío
Les respondo la verdad: “Estoy mal. Me
dispararon en la cabeza y aún no me recupero”.
Se extrañan de mi respuesta
No es normal que alguien esboce una
sonrisa teniendo semejante herida en la cabeza
Quizás aquel disparo era lo que
necesitaba
Quizás aquel no fue un accidente
Es posible que yo haya ayudado,
coadyuvado y patrocinado aquel gatillazo inicial
Es muy posible – siendo sincero –
que yo mismo me haya acercado al disparo
Yo me entiendo
No es mi propósito que otros
comprendan mis elucubraciones
En circunstancias como ésta me basta
con saborear la colisión de estas dos coincidencias
Valen más preguntas
No sé si tenga ánimos de responder
Espero no recuperarme de este
disparo
Qué bien se ve todo desde aquí
Y la historia sigue su patrón
díscolo alegre
Qué hermoso disparo