jueves, 9 de septiembre de 2010

Sobre el rock y la despedida de un baterista

Cuando empecé a escribir en este blog hace ya cuatro años, uno de los primeros artículos (si es que se les puede llamar así) trataba sobre Avenged Sevenfold y su nuevo disco en ese momento.
De esa banda me gustó la actitud y el buen gusto y como suenan. Una cosa es ser un virtuoso, la otra es tocar con las tripas en la mano y saliéndosele a uno por la garganta. Sin embargo, pocas veces veo que esto suceda, yéndome por aquellos con tripas y actitud antes que por el virtuosismo. Pero, hay casos – como el de Avenged Sevenfold o, por ejemplo, Lamb of God – en los que sencillamente conjugan ambas cosas (con alguna que otra falla o blanduras que ignoro por completo sencillamente porque son más los elementos que me gustan que aquellos que no)... en resumidas cuentas lo que quiero decir es que esta banda ahora, y por medio de una tragedia, suma a su cuadrilla a Mike Portnoy; baterista de Dream Theater, una banda de virtuosos que por culpa de su cantante nunca he podido escuchar a plenitud.
Portnoy era el ídolo de “The Rev” el baterista de Avenged que murió y de ahí que haya terminado aceptando el puesto del muerto.
Ahora resulta que Portnoy deja a su legendaria banda, que él mismo fundó en 1985, para dedicarse a otras cosas como tocar la batería para Avenged Sevenfold todo el tiempo. Imagino, conjeturo, supongo leyendo su Twitter y comunicado, que él quería un descanso de su banda; sin embargo, el resto le dijo “no” y se fue. Ahora sencillamente será “un empleado” al que llaman para tocar. Trabajo que hará gustoso dado que no tendrá que preocuparse por cada pequeño elemento de la producción, distribución, alcance y detalles nimios de la banda.
Sin embargo, y alejándome de las especulaciones de arriba, lo que le aporta a la banda es otra dimensión diferente, un poco más grandilocuente. Sin demeritar al antiguo baterista de Avenged – que a la sazón fundó la banda, compuso la mayoría de sus temas y encima cantaba – Portnoy le da algunos batacazos nuevos, un sabor a heavy metal sangrientamente marcial y más barbárico.
Con esto se refuerza una banda que me gustaba (gustándome aún más) y se resta el único elemento al que daba crédito en una banda que no me agradaba o interesaba en lo absoluto (a pesar de la contradicción, yo me entiendo).