domingo, 31 de enero de 2010

Aeropuerto lleno

Soldados en el aeropuerto.
Todo el aeropuerto está lleno.
Todos ellos se van a distintos lugares.
Las familias lloran la partida.
Les dicen adiós a sus hijos.
Demasiado jóvenes algunos de ellos.
Me voy a mi puerta.
Nunca antes había visto gente irse a la guerra.
Vi gente demasiado joven para ir a morir.
Tomo mi asiento.
Y veo a una diminuta mujer mexicana.
Y luego una gringa enorme se le sienta al lado.
La imagen es surreal.
La pequeña mexicana no le quita los ojos a ese enorme trasero a su lado.
Intenta moverse para no rozarlo.
Se le ve incómoda.
La otra mujer en su inmensidad ignora que la miran de arriba abajo.
Entonces entra una pareja de hippies.
Y la mujer gigante se muestra asqueada por ellos, por sus juegos románticos, por sus besos de escala francesa y su despliegue de recién casados por algún shamán en tierras mexicanas.
Veo por la ventana y leo en grandes letras en inglés un letrero: "INTERNATIONAL GARBAGE".
La pareja sigue sus juegos.
Se ven como la pareja perfecta.
Los dos muy flacos, llevan sandalias similares y collares y el pelo suelto.
Parecían morirse por atraer la atención y soltarle a los curiosos: "Sí nos acabamos de casar!".
La pequeña mexicana está harta del enorme trasero a su lado.
Entonces voltea y me dice algo con sus ojos.
Sus ojos son muy oscursos y brillan,
a esta distancia podrían quemar a alguien
pero ya no le molesta el enorme traseso a su lado...
me mira buscando complicidad en su rabia:
lo único que le molesta más que su asiento,
son los hippies.
Me encojo en mi asiento.
No accedí a la mirada.
Miré afuera.
Los soldados se fueron a su guerra.
La enorme mujer empieza a dormirse.
Los hippies siguen jugando.
Y el camión desapareció a botar toda esa basura internacional.
El avión despega.
Y ahora me toca a mí dormir.