Son las 9:00 de la noche. Domingo lerdo. Pereza pintada en las paredes. La mañana se atragantó hasta el mediodía y parte de la tarde. Tomé café casi a las 12:00 m.d. Detesto salir de la cama muy tarde, me da la impresión de que me he perdido parte del día y por ende de mi vida.
El sol se consagró victorioso en la tarde. Salió de gala como a las 2:00. Hacía calor, pero calor veraniego, bondadoso, calor para salir a caminar.
Cuando salí a caminar el suelo todavía estaba mojado por tanta lluvia de la mañana.
Mañana, mañana, mañana. Mañana es otro día y será diferente por definición, por decisión mía. Estoy resuelto a cambiar las apuestas y voltear el rumbo de esa inmisericorde y cobarde idea que todos conocen como destino.
Tomaré a la fuerza algunas variables que supuse ajenas a mi entorno natural. Hoy resolví sacarle provecho a esas horas del día galopan sin control alejándose de mí.
Pero bueno. Ya no digo más o arruinaré la sorpresa.
Nos vemos del otro lado!