viernes, 12 de septiembre de 2008

Beber

Bebí. De nuevo. Era una lata de cerveza fría. Estaba alegre.
No había mejor momento para terminar mi pelea que esa.
No me rendí, extendí mi mano y celebré.
Lo que pensé eterno o definitivo, tomó una semana.
Yo sé que estarás pensando "te lo dije", "eso nada más fue un susto de un rato"...
Y como soy obstinado, respondo: ¿y?