La radio fue importante en una época.
Probablemente lo sea (o lo es) aún. No estoy seguro, porque para mí casi desapareció.
En mi apartamento no tengo ningún dispotivo que me permita escuchar la radio.
Sintonizar la radio FM a las 8 de la noche cuando empezaban los programas de rock n' roll era para mí una religión.
Naturalmente tener una cinta magnetofónica o cassette (niños menores de 18 años pregunten a sus padres o adultos alrededor qué eran) y grababa horas sin parar.
No me sabía los nombres de ningún artista (bueno sólo de unos pocos), y menos los nombres de las canciones que escuchaba.
Así que "Now it's dark" de Anthrax fue por años "Black Star" y luego "No Star" para mí, hasta que descubrí, escuchando a quien ponía los discos que se trataba del grupo tal y la canción tal, tal.
Cada vez que se descubría el nombre de una canción o un grupo era una epifanía.
Los escribía por todas partes.
Les inventaba letras con cuernos a esos nombres y los ponía en los folders de la escuela por dos motivos, uno; que era fanático de algo que en ese momento y en aquellos días (hablo del final de los ochenta y principio de los noventa) nadie conocía o sabía aparte de mí y mi hermano, y dos; para aprendérmelos.
Pero esos días ya pasaron.
Crecí e incluso he llegado a conocer a una persona que fue responsable de que escuchara algunas canciones y grupos.
Me dijo "yo les traía algunos discos a esos tipos de la Universidad del Rock", y yo pensé "wao, quizás la emisión por radio de esos discos terminaron plasmados en mis cintas magnetofónicas!".
La radio no es lo que era y lo digo como el viejón que soy.
La radio no es lo que fue.
Nadie pone buena música.
Quizás hay momentos de claridad en algunas emisoras por unas cuantas horas o minutos, pero ya es imposible escuchar un concierto completo de Hendrix, o las largas horas de lead de Jimmy Page con Led Zeppelin en vivo.
Pero hoy no importa.
La radio, aunque no es lo mismo, cumple una misión pequeña: dar cosquillas de alegría leve cuando se escucha una melodía remotamente clásica en esas mañanas de trabajo metido en un vehículo en dirección a alguna parte con aire acondicionado.
La música la consigo de otro lado: torrents.
Ahí está todo.
Otros usan Ares, yo uso torrent.
Y eso es todo lo que tengo que decir al respecto.
Ahora, a beber un rato.
Salud!