Estoy extremadamente somnoliento esta noche. Mañana se supone el inicio de una nueva semana; aunque de acuerdo con el ritual católico la semana empieza hoy domingo. No sé si cuando el primer Concilio que creó las escrituras y todo lo demás en la Biblia, incluyendo el inicio de la semana, imaginó que al instaurarlo como tal, tomó en cuenta que en el futuro una horda de obreros, borrachines, hombres y mujeres en definitiva, utilizaría el primer día de la semana para dedicarlo al licor, a rendir tributo a Baco, a tomar las cosas con calma. A beber crveza como hice hoy. Pero esto no tiene sentido, el supuesto primer día de la semana (domingo) fue el séptimo día que Nuestro Señor (uf! que nadie me vea escribiendo "nuestro señor" en minúsculas porque me mata!) tomó como primer día libre de Dios después del corto y tedioso trabajo de crear al mundo.
Me acabo de dormir enfrente de la computadora.
Seguiré escribiendo cuando Miller y Presidente se alejen de mi sistema,
Tal vez mañana.
