Cuando iba por la mitad de este artículo reparé en que debía aclarar esto: Me gusta todo el buen rock clásico.
Soy fanático, más bien adicto, de ese sonido característico de una época en donde no se usaban computadoras, se usaban cintas magnetofónicas para grabar. Una era en que las producciones fonográficas se escuchaban crudas en voluminosos aparatos de sonido con un plato que dibujaba líneas circulares sobre los discos de acetato emitiendo un delicioso efecto sonoro. Una era en que estos acetatos eran decorados con carátulas artísticas, dibujos, pinturas, fotografías. No existían invisibles archivos de mp3.
Aclarado este punto quisiera escribir sobre cómo algunas canciones se han convertido en más "clásicos" que otras. Hoy, cuando se habla de rock clásico la mente invariablemente viaja a las primeras notas de Purple Haze, choca contra el electrizante riff de Black Dog y termina en la alegre Sweet Home Alabama.
Se pueden agregar más a la lista, pero el resultado al final sigue siendo el mismo. Los viejos temas clásicos se desgastan en la radio y pierden color en los bares por la cantidad de repeticiones.
Aburrido de los mismos clásicos deduje que debían existir, en alguna parte, grupos paralelos a aquellos que hicieron los grandes clásicos de la música.
Muchos de esos desconocidos gigantes fueron los autores de temas que hoy son clásicos de otros grupos.
En mi frenética búsqueda encontré que había una pluralidad de bandas que nunca alcanzaron el estrellato ni recibieron el reconocimiento de otras (al menos no en el Panamá de los clásicos de siempre), grupos que hicieron música tremendamente poderosa y, si se quiere, legendaria.
Debo mencionar aquí a grupos que a finales de la década de los sesentas y setentas pactaron contratos menores con oscuras disqueras y desaparecieron a los pocos años de andar. Otros continuaron por años en el más completo anonimato, al menos en nuestros mercados latinoamericanos.
Debo advertir que muchas de estas agrupaciones no salieron del circuito estadounidense o británico, o sencillamente, nunca llegaron a distribuir su música en el tercer mundo; al menos no en Panamá.
De ese cúmulo de bandas infinito recomiendo el blues compacto de Andromeda con sus epopeyas guitarreras de más de ocho minutos. Recomendable para amantes del rock. No puedo decir que se parezca a The Doors o a Led Zeppelin; dos de mis favoritos que aportaron mucho a la música y trascendieron fronteras. Andromeda tiene ese elemento sorpresa que los diferencia de los otros. "When to stop" es un tema que impresiona. Es un largo lamento que sube y baja de revoluciones muy rápidamente.
Otro ejemplo que recomiendo es Pentagram, una banda con rasgos bastante siniestros. Su música sin sonar a Black Sabbath es muy sombría y movida. Sus temas parecen salieron de extensas sesiones de improvisación en estudio. Nunca alcanzaron el estrellato deseao. Intentaron por muchos años hasta claudicar. Hoy, sus integrantes, regresaron al estudio y editaron sus discos de nuevo. Esto gracias a las facilidades que ofrece el mundo de la música hoy; una gran ventaja de la que hablaré otro día.
Cactus es un trasgresor grupo de blues muy ácido. El ritmo de la batería es delirante y a ratos no da reposo alguno a la audiencia.
Budgie, fue el grupo responsable de escribir Breadfan (la que en los ochenta Metallica grabó para su Garage Days). La voz es muy aguda, acompañada por una banda bastante pesada para su época.
Spooky Tooth, con sus excelentes melodías fueron los autores de "Better by you, better than me" un tema que hoy es considerado un "clásico" pero del grupo que lo hizo cover: Judas Priest.
Como éstos existen también ejemplos como Blue Cheer (mencionados únicamente como referencia cuando se habla de la historia del rock o del heavy metal), Humble Pie (el grupo de donde salió Peter Frampton), Montrose (de donde salió Sammy Hagar), Elf (que a principio de los setentas fue liderado por el irrepetible Ronnie James Dio), T Rex (debo mencionar a este increíble grupo glam cuyas canciones se escuchan sólo en soundtracks de películas). Hay muchos grupos más como el fabuloso Captain Beyond - no relacionado con Captain Beefheart - que hizo una obra maestra llamada “Dancing madly backwards"; Ram Jam (a quienes sólo se les reconoce haber hecho Black Betty, créanme ellos tienen otras y posiblemente mejores canciones), Ammon Düül (un grupo alemán que sé algunos conocen, pero cuyos primeros discos merecen mucha atención), Hot Tuna (blues suave y playero a un modo muy distinto al de los Beach Boys).
Por cierto, antes de dejarlo afuera de este artículo, recomiendo escuchar el primer disco que hizo Jeff Beck en 1968 (The Jeff Beck Group) con - aunque no lo crean - Rod Stewart en la voz.
El experimento fue lo que motivó a Jimmi Page a crear Led Zeppelin.
Hay una canción en especial llamada "All Shock Up" en donde Jeff Beck hace con la guitarra lo que popularizó hace unos años Tom Morello con Rage Against the Machine. Escucharlo fue sencillamente una epifanía. A pesar de que ambos artistas llegaron por distintos caminos a la misma conclusión musical (scracth con la guitarra); cuando la escucho no puedo dejar de pensar en aquella sabia reflexión: “No existe nada nuevo bajo el sol”.
Bueno, dejo estas líneas esperando que entres en Internet y busques a estos grupos, bajes sus canciones y empieces, no a educar el oído, recomendar eso sería horriblemente pretencioso. Te invito a disfrutar esta música al ritmo de una cerveza helada, vestida de novia.