sábado, 31 de enero de 2009

Teología de la procastinación. Liberarse es gratis, ¿sabían?

Libertad es un concepto muy grande y tiene distintos niveles. Para un prisionero la libertad lo es todo. Para alguien que está harto de trabajar 12 horas diarias sin descanso; la libertad viene siendo un escape temporal a una playa no muy lejana.
En principio, todos tenemos la misma libertad - aquella que en Estados Unidos es una estatua, como lo dijo una vez Nicanor Parra - y la usamos o nos la ajustamos como se ajusta una correa.
Últimamente - me refiero a meses - he empezado a observar con preocupación a la libertad trasformada en la forma de una accción que, de ser perseguida por necesidad física y mental, acarrearía no pocas reacciones e interpretaciones. También he visto ejemplos de liberación que me han enorgullecido tremendamente, y que al mismo tiempo, por sencillas que sean, han supuesto una serie de lecturas diversas, unas más complejas que otras.
Sucede que como vivimos en un plano horizontal, nos es difícil muchas veces ver las cosas en tercera dimensión o, lo que es lo mismo, nos cuesta ver el cuadro completo. Quizás estamos demasiado cerca. Se requiere dar unos pasos, sólo unos cuantos pasos hacia atrás y mirar con detenimiento aquel cuadro que aparecerá completo frente a nosotros.
Aquella libertad a la que me refiero se mostró en un momento distante y cuando eso sucede uno tiende a despreciar la realidad y a envejecerse un poco más.
Sin embargo, hace unos días - y esta vez me refiero exactamente a tres días - tuve lo que en la edad antigua se conocía como una epifanía. Desprevenidamente, había dado aquellos pocos pasos cortos hacia atrás y enajenado en mis tribulaciones miré y vi frente a mi el cuadro completo.
Ahora todo estaba más claro. No sólo eso, sino que encontré la ruta que necesitaba para alcanzar aquella libertad. Lo gracioso es que el acto mismo de escoger un caminno supone libertad. Ahora bien, la libertad no es el camino, al menos no de la manera como lo estoy viendo en estos momentos. Escoger la ruta aunque traiga consigo una liberación intrínseca, no me la otorga completamente. Debo trabajar. Pero al mismo tiempo entrenarme.
La procastinación es el acto de dejar lo de hoy para mañana. Liberarse es un acto completamente gratuito, y a diferencia de lo que muchos pensemos, no es un privativo de aquellos que poseen bienes monetarios.
Ya van 31 días del primer mes del año 2009. Feliz Año. Estamos a horas del despegue. Empieza el conteo.