martes, 7 de octubre de 2008

Mötherfuckers en Guadalajara - 11,000 almas aclamaron al Diablo

El 3 de octubre llegué a la ciudad de Guadalajara a las 2:30 de la tarde.
Hacía calor. El sol golpeaba espantosamente.
En el aeropuerto un agente de aduanas bastante más joven que yo me mira, me pide el pasaporte y pregunta: "¿Cuál es el propósito de su visita a México?" a lo que contesto: "Vengo a visitar a unos amigos y a ver tres conciertos, el primero es hoy, Mötley Crüe". Toda la austeridad y seriedad aduanera se borró de su cara.
Sus ojos se iluminaron y me contestó: "Uy! si, ellos llegaron ayer, yo los vi, te los perdiste! Los hubieras visto aquí mismo!".
Casi me da un apretón de manos casi de amigos. Pero seguí mi camino a esperar por mis maletas y luego al caliente sol.
Me llevaron a un puesto de comida familiar para una jugosa hamburguesa y el dependiente fue tan generoso que me dejó a mi y a mi acompañante empujarnos un par de cervezas frías que habíamos comprado en el camino, aunque ellos no venden licor y está prohibido beberlas cerca de la acerca donde estábamos cómodamente sentados.
"Salud! Bienvenido a Guadalajara!"
Todo el mundo está muy relejado con eso de las reglas acá. Aunque se cumple con la mayoría da la impresión de que existe un contrato silente entre el gran público y las autoridades.
La gente no molesta y a la policía no le interesa si te bebes una pinta a mediodía en la acera. Ideal.
Sin embargo, esto traería algunas consecuencias para mi posteriormente cuando aquella hamburguesa se convirtió en mi único sustento hasta el día siguiente.
El concierto estaba anunciado en todas partes: Diarios, posters en la calle. Un periódico tenía las fotos de Vince Neil durante una rueda de prensa al aire libre del dia anterior. Estaba gordo, en comparación con aquella esquelética figura glam de los ochenta. Prometía un concierto inolvidable siendo esta la primera vez que descargaban su música en Guadalajara.
En la noche, las calles estaban atestadas de automóviles. Yo viajaba con dos acompañantes. Una de ellas tenía Dr. Feelgood a todo volumen. Cuando les comenté que tenía en mi iPod su último disco me pidieron que lo pusiera para calentar motores. Al rato el tema "Motherfucker of the year" sonaba a todo volumen, ventanas abajo en medio del tranque.
La noche tenía algo delicioso, estaba mucho más fresca.
A pocos kilómetros de la Arena VFG - que irónicamente está ubicada cerca del aeropuertto - nos detuvimos. "¿Puedo comprar cervezas para el camino?" "Claro! y acompáñalas de unos deliciosos chips jalapenos!" - "Ahora si estamos listos".
Bebí dos cervezas más y ya estaba feliz. Vociferando las canciones de ese Mötley Crüe que conocí cuando tenía como 13 años. Ahora, 18 años después tenía la oportunidad de que ninguno de ellos se hubiese muerto y, por ende, verlos en vivo.
Entramos a la Arena, pero antes, ¿qué tal otra cerveza? "Por supuesto!".
En los conciertos de Guadalajara a los que he asistido es una costumbre que te sirvan el equivalente a tres cervezas en un enorme vaso de foam.
Agarré el mío y nos introdujimos a la Arena. Aún no estaba tan llena.
Nos perdimos el primer show, un grupo local llamado Agora.
"Meh, no me interesaban mucho, total no los conocia".
En segundos - me llamó la atención la velocidad con que subieron - llegó un grupo que había olvidado por completo, pero que me encantaba en su momento: La Cuca. Rock directo, lleno de energía, agallas y cojones.
Ellos encendieron al público que estaba, y a los que llegaban, pensando lo mismo que yo: "guao! que bien tocan... hmmm no sabía que estaban tocando todavia".
Como no había mucha gente procuramos acercarnos lo más posible al escenario, esto no podía perdérmelo.
La Cuca sonó ocho canciones, incluyendo su legendario Son del Dolor. Cuando terminaron, la gente lo agradeció con una ovacion impresionante.
Ya había más de ocho mil almas en el recinto.
Ahora todos esperaban el gran momento.
A estas alturas estaba en mi segundo vaso de foam. Ah! Cerveza Sol, que delicia!
Allí cerca del escenario me encontré con tres mexicanos que no creían que fuera panameño y que después lo encontraron tan divertido que no tuve que pagar por más cervezas.
De pronto, se apagaron las luces.
Todo el mundo gritó al unísono.
El estruendo de una guitarra a todo volumen hizo que la gente se saliera de control. Bruuuuum, brruuuum, roeeeernnng... "Kickstart My Heart!!!"
En cuestión de segundos las luces se encendieron y frente a mi, a menos de dos metros tenía la figura de un muerto en vida: Mick Mars.
Serio, concentrado, como llevando la batuta de una jauría infernal.
Miré a la izquierda y ahí estaba el mismísimo demonio, Nikki Sixx. Atrás, Tommy Lee empezaba su galopar frenético, y frente a ellos, saltando de un lado a otro y gritando desaforadamente; el jefe de la manada, Vince Neil.
El público estaba excitado. Nadie podía creer que eran ellos. Si que lo eran, Mötley Crüe por primera vez en Guadalajara.
Cuando terminó el primer tema y quizás suponiendo que nadie había comprado su último disco, arremetieron con Wild Side y Rattlesnake Shake.
Así para el cuarto tema entraron en materia con Saint of Los Angeles... El concierto estuvo lleno de energía.
Le siguieron The Look That Kill, Dr. Feelgood, Too Fast for Love, Same Ol Situation y Motherfucker of the Year, y uno de sus himnos mas emblemáticos Girls, Girls, Girls!
A estas alturas ya llevaba cuatro vasos de foam terminados y la cerveza seguía llegando como un río terrible, interminable... Estaba claro, los mexicanos querían embriagarme para irse con mis amigas! Así se los adverti a ellas en caso de que me desplomara inconsciente.
A pocos minutos vi a una mujer sobre los hombros de un tipo subiéndose el sweter. Si, es lo que usualmente sucede en un concierto de Mötley Crüe.
De pronto todo tomó un giro mas diábolico: Shout at the Devil emergía de las entrañas de los amplificadores... Ya habia 11,000 almas en la Arena con las manos como cuernos, todos aclamaban al Diablo.
Nikki Sixx se paseaba por todo el escenario como poseso. Lo vi de cerca. De veras tiene la cara de alguien que ha estado muerto y ha revivido, y no precisamente de Jerusalén.
Vince Neil incitaba a todos con el coro, y Mick Mars - aunque esporádicamente caminaba - seguía en sumergido en su guitarra sin ninguna expresión facial. Éste si parecia un muerto, muerto.
Cuando terminó el tema, Mick se quedó solo y arremetió con un solo de guitarra que contradecía su apariencia. Fue impresionante. Lo terminó con Voodoo Child, en donde lo acompañó, Tommy Lee.
Cuando llegaron al final de este pequeño "entremés", fue momento para que Tommy Lee saliera de su espacio y anunciara "today is my birthday!".
La Arena completa enloqueció. Todos vibraban ante la figura solitaria del tatuado Lee. Luego entonaron a todo pulmón: "Happy Birthday to you!". El flacucho tatuado ex esposo de Pamela Anderson se acercó al lado izquiero, donde estábamos nosotros y se terminó una botella de Jägermeister de un solo tiro.
El resto del grupo salió. Fue un momento mágico. Allí tocaron Home Sweet Home... y otro tema que ya no recuerdo.
Lo que sucedió después me queda un poco borroso. Sé que las luces se encendieron y les dije a mis amigas: "Corran, alejémonos de estos tipos".
Recuerdo haberme subido al carro y hablar de Panamá, de política... luego recuerdo un violento vómito en algún piso no sé donde.
Más tarde abrí los ojos desorientado.
Estaba en una cama. ¿Mi cartera? Intacta. Bien, sobrevivi.
Bueno, mis amigas me contaron que divagaba en el camino, que cuando llegué a la casa donde me hospedaba me tiré al piso. Afortunadamente me levanté y zigzagueando me desplomé en la cama.
Hay otros detalles embarazosos de los que no estoy tan orgulloso, aunque hoy me dicen: "C'mon you were just having fun! it's ok, don't worry!".
Mötley Crüe siguió su camino devastador por México en Monterrey y el D.F. creo, para luego irse a Argentina.
Van con tremendo vigor, y esa irreverencia demoníaca que los caracterizó en los ochenta y que habían perdido un poco a mediados de los noventa y principios del dos mil. Pero están bien. No sé si limpios como pregona Nikki Sixx, al ver el comportamiento de Tommy Lee pero ellos sabrán sobrevivir como lo hice yo.
Por mi parte, solo tendré más cuidado, en especial para no perderme lo que viene.