El sueño es la muerte
temporal
En mi caso esta muerte
se presenta en momentos de diversión
Y eso es fatal.
Rodeado de amigos y
de forma desprevenida, bajo la mirada y se apaga el mundo.
Caben mil y una
explicaciones.
- "Es
el cansancio".
También las aseveraciones
piadosas
- "Es que se despierta muy temprano".
El resultado es lo
mismo: me duermo en público.
Lúcido y medio me
preocupo cuando mis párpados entran en sopor.
Me lo han anunciado y denunciado en
múltiples ocasiones
- "Te
estás durmiendo".
Otros ya perdieron la
paciencia absoluta.
- "Ya
se durmió. Vámonos".
La batalla contra el
sueño se hace imposible.
Quizás el licor tenga
una leve culpa en esta ecuación somnífera.
Recuerdo las primeras
veces cuando solía ser gracioso.
Bebíamos en otro
balcón hacia el año 2005.
Yo me recostaba
siempre contra la pared lateral.
Hacia la décima
cerveza empezaba siempre el mismo rejuego:
Empezaba a cabecear
hacia adelante y hacia atrás.
De pronto: ¡PAM! Mi cabeza
golpeaba la pared.
Me despertaba
súbitamente.
Todos reían, hasta yo.
“¡Vete a dormir ya!”
era el grito unánime
Yo me mantenía
Siempre he sido
testarudo a la hora de irme a dormirme
Y detesto tener que
ser el aguafiestas que se fue a dormir temprano
Siento que me perderé
algo, un detalle importante, la próxima chanza.
Y mi cabeza regresaba
a ladearse a un lado y a otro
La cerveza
calentándose en mi mano que nunca la soltaba
Algún osado siempre
quiere removerla
Pero me sujeto a ella
como a un salvavidas en un naufragio
Inconscientemente no
quiero dejar de beber
Mi cabeza sigue dando
vueltas mientras estoy completamente dormido
Y ¡PAM! De nuevo se
golpea contra la pared.
Cuando esto me pasaba
por aquellos días me rendía al cuarto golpe
Me iba derrotado
Humillado
Al día siguiente si
bebía podría repetirse la misma ceremonia.
Bebida. Sueño. Golpe. Testarudez
(bis).
He perdido la cuenta
de cuántas veces me he dormido en público
En bares, restaurantes
después de largas noches de bebidas o cortas e intensas sesiones alcohólicas
La última vez ha sido
la peor
Al lado de GG y
rodeado de amigos y familia
Morí temporalmente en el balcón
Temo admitirlo, pero
sí, fueron unas buenas tres horas fuera de combate
Ahí sentado cabizbajo
Empecé a regar cerveza en el pie a un amigo
Gran amigo, lo lamento
Él lo tomó a broma
Yo no estaba
consciente
GG trató de reincorporarme a la vida
Me negué
Fui grosero
No quise
Lo lamento GG
Mostré a aquel
testarudo pelafustán que nunca quiere rendirse incluso cuando ya perdió
Hoy lamento esto
tremendamente
Ella lo tomó como
una broma
Pero esto puede
empeorar y me preocupo con demasía
Sumado al agravio
prometí no dormirme más
Se lo prometí por teléfono
Mientras lo hacía mentalmente elucubraba un plan en el que cuando me de cuenta que caigo en el sopor empezaré algunas
técnicas contra el sueño como levantarme, lavarme la cara, quedarme de pie…
Sin embargo, no bien
he terminado de imaginar estas nuevas técnicas y aún por teléfono: me quedé dormido.
¡Inaudito!
El reproche amable y cariñoso cae como soda
cáustica
“¡Te dormiste!”
Lo niego
Lo negaré siempre que
me quede dormido
Torpemente lo negué de nuevo.
“Entonces repite lo
que te dije”
Con esa frase lapidaria me doy cuenta de mi absoluta derrota
Descomunal
El sueño me jugó otra
trampa
Me hizo pensar que podía
ganarle
Y cuando quise
aventajar el paso me apagó los ojos de nuevo
Una vez escribí una
canción que decía “Descanso pocas horas necesito dormir más”
Quizás esto sea cierto
Pero temo, en
contraposición, que aunque duerma lo suficiente el sueño vuelva a tomar el
control.
Realmente el sueño es una
especie de muerte
Cuando despiertas
resucitas
Pero en ocasiones
cuando sucede es demasiado tarde
Y como bien dijo el maestro Henry Charles B: "No hay nada peor que demasiado tarde".