Alguien envenenó el río
La abuela fue la primera que cayó
Después vinieron los demás
Supe que era realmente grave cuando dejaron de recoger la basura
Y buscamos formas alternas de abastecernos de agua
Largas colas en los supermercados
Hay peleas esporádicas
Nadie quiere perder su lugar en la línea
Cuando hay crisis nacen los pequeños órdenes de las cosas
Surgen nuevas categorías y jerarquías humanas
Las insignificancias aumentan de valor
Así, una botella de agua adquiere un valor cercano al oro
Un sitio al principio de la línea del supermercado y te conviertes en una deidad
El agua se tornó vapor y subió a las nubes
Tratan de limpiar el río pero es casi imposible
Se habla de importar agua del extranjero
No sé cuanta agua podrán vendernos
Ayer enterramos a la abuela
En el patio
No aguantó ni un mes
Nunca sabré si murió de rabia o por envenenamiento
No pudimos hacer nada por ella
Se negaba a tomar agua de ningún tipo
La primera víctima de una crisis siempre es la tranquilidad
En el patio el perro nos mira y quita la cara
Bebió del agua envenenada pero aún no se muere
Casi nos hemos olvidado de él
Más me preocupa la falta de agua
La basura acumulándose en las calles
No entiendo por qué dejaron de venir esos tipos en sus camiones gigantes y peligrosos
Cantando canciones desconocidas y gritándoles a las mujeres en las esquinas
La basura se sigue apilando en la calle
Optamos por enterrar la nuestra en el patio
Al lado de la abuela
Cada vez que el pobre perro me ve con la pala
Imagina que será él el próximo al lado de la pobre vieja
“Todavía no te toca” le digo al desahuciado can
El humor se vuelve tétrico en situaciones así
Es parte del nuevo orden de las cosas que existen
Es el orden de la crisis que nos volvió cínicos
Uno busca una salida a lo inevitable
Cualquier cosa desde el humor siniestro hasta largos juegos de cartas y el licor
Lo único que quieres al final es olvidar la catástrofe,
El hecho de que tú también bebiste del agua envenenada
Y te sorprende que no hayas muerto todavía
Pero no se lo comentas a nadie bajo la absurda creencia de
Si lo haces se volverá real, enfermarás y te enterrarán en el patio
Alguien envenenó el río
Y nadie ha sido capaz de atrapar al desgraciado
Mi perro nota con tristeza que hay menos personas en la casa
Pronto seremos él y yo. Él o yo.
Lo único que pienso ahora es que él no sabe usar la pala.