lunes, 29 de septiembre de 2008

¿Madurez musical? Sí, escuchen Mötorhead!

Estaba leyendo un libro llamado "31 Canciones" de Nick Hornby y tuve que parar, venir a mi blog y descargar.
Nick escribió el libro sobre el que basaron esa tremenda película llamada "High Fidelity".
Pensé: "Bueno, un libro en el que habla de sus 31 canciones favoritas debe ser un recuento interesante". Además, lo hice siguiendo la recomendación de un amigo periodista literato y tan fan del rock como yo.
Sin embargo, quedé perplejo cuando este señor arranca y dice: "...para mí, aprender a disfrutar canciones más tranquilas... no tiene que ver con hacerme mayor, sino con la adquisición de confianza musical, capacidad para juzgar por mí mismo".
Sentí una amargura tremenda. Desasosiego. Desconcierto. Tristeza. Recordé aquello que en broma me dijo un amigo "cuando uno se pone viejo, sin pensarlo, empieza a escuchar música suave, lounge, baladas como Pimpinela y Marco Antonio Solís, es como un interruptor que encuentras y click, ya empiezas a escuchar música suavecita" y lo peor de todo es que lo justifican!
Hornby reconoce, como excusando un pecado grave, que cuando "era joven" no escuchaba nada "suave" porque creía que lo bueno sólo venía acompañado de distorsión y guitarras.
Menciona a Deep Purple, Black Sabbath y Led Zeppelin... y que ya no los escucha; pone por delante a otros que no quiero mencionar.
¿Será cierto, pues, esto? ¿Acaso nos acaramelamos con el tiempo? ¿Dejamos a los dioses del Olimpo para conformarnos con la basura terrenal, con los desechos plásticos y adulcorantes de un entorno yupi?
Pues debo decirle al señor Hornby que "adquirir confianza musical no tiene nada que ver con hacerse mayor".
Yo adquirí mi confianza musical a los 20 y desde entonces no me arrepiento de ser un fanático de las estridencias homoeróticas de Rob Halford con Jusdas Priest o de seguir hipnotizado los cortantes riffs de AC/DC, o de comprar cada uno de los discos de Mötorhead.
Para mí no tiene nada que ver con que tenga o no distorsión, tiene que tener agallas... y sinceramente ese montón de baladistas y creadores de música "adulto contemporánea" no tienen ni pizca.
¿Quieren un ejemplo de música con agallas sin distorsión? Traten de escuchar "Black Wings" de Tom Waitts y sabrán a lo que me refiero.
Esa sí es música adulta, y en cuanto a adulta no me refiero a un burócrata con corbata que alaba al Santana viejo de hoy y cree que U2 es "rock pesado".
Entrar a la edad adulta escuchando Testament, Slayer, Helloween u Opeth no nos hace inmaduros. Si algo nos hace es consecuentes con nuestra personalidad.
Conozco personas que son mucho mayores que yo que escuchan este tipo de música más dura y no tienen amigos de su edad porque sencillamente ellos se transformaron, cambiaron el switch y escuchan a Marco Antonio Solís. Una señora me confesó - sin alzar mucho la voz - que era fanática de Pink Floyd! Ya no puede escucharlos con la regularidad de antes por su vida marital. Señores, eso es una aberración! Pobre mujer, sólo quiere escuchar rock, pero por los propios estándares de nuestra sociedad no puede y se conforma con la última colección de baladas que encabeza Luis Miguel y Pandora. Lo más "rock" que escucha es Maná.
Tengo un llavero con la imagen de Homero Simpson diciendo una gran verdad "Never too old to rock". Desde entonces tengo un credo conmigo.
Hace años encontré el switch de las baladas y lo desconecté para siempre. Lo reemplacé y en caso de que se accione por accidente escucharé más stoner rock que antes; aparecerán Clutch, Alabama Thunderpussy y Year Long Disaster!
El nuevo disco de Testament es una tremenda patada en el trasero a ese burócrata encorbatado yupi laminado... es eso precisamente lo que esta música que muchos dejan de entender tiene que no otorga ningún otro género.
Lo llamé agallas, pero creo que realmente lo que tiene son cojones.