domingo, 1 de julio de 2007

En estos momentos estoy leyendo a Chuchú Martínez. Es una prueba mental no convertirse, no mutar, quedarse sin tomar partido, estarse quieto ante esta barbaridad. Y uso "barbaridad" en un sentido no peyorativo ni de alguien escandalizado, sino por el sentido de "bárbaro", "bruto", "que salvajidad la manera como este tipo escribía". Un amigo me dijo al recomendarme este libro "cuando lo leas, si disfrutas de la literatura, te vas a dar cuenta de que el verdadero personaje de su obra no es el General Torrijos, es Chuchú". Cuando termine empezaré a escribir como poseso. Tengo a Kurt Vonnegut en la otra mano como equilibrio, ahí está en su absurdo alimentando la otra parte de mi cerebro. Si termino vistiendo caqui, ganó Chuchú, si sigo siendo el mismo, pasé la prueba. Gracias delicioso absurdo!