sábado, 5 de mayo de 2007

Avenged Sevenfold: El regreso de la malicia al rocanrrol

Es raro que una banda de rock hoy se relacione con los antiguos excesos del rock de los setentas y ochentas: strippers, alcohol y pura maldad. Es aún más extraño que una banda de rock al inicio del siglo XXI se desenvuelva con gusto en duelos de excesivas guitarras que raspan con ritmos galopantes acompañados de prolongados solos virtuosos, coros gloriosos y desenfadados, y baterías que se acercan al trash metal. Todo eso es extraño, pero no imposible. Avenged Sevenfold reúne todas estas características en un solo disco, su tercero, llamado City of Evil. El disco exuda maldad y virtuosismo. Sus dos discos anteriores fueron acercamientos a lo que consiguieron en su última entrega. Alejados de los grititos adolescentes y ritmos intrascendentes de la mayoría de bandas de su edad, Avenged Sevenfold saca el máximo provecho de todos sus miembros creando música que, si se escucha con detenimiento, se logra algo que hace mucho tiempo las bandas de rock dejaron de dar al público: una lección de música. Al principio los alumnos de rock escuchaban el oscuro blues estadounidense para nutrirse, la nueva generación que les siguió hizo lo mismo en los setentas escuchando a sus mayores y cada año surgían nuevos maestros de la guitarra hasta que en los noventa (sin demeritar los logros de los sobresalientes grupos de esa época) los solos de guitarra se volvieron un tabú y quedaron fuera de moda. Hoy es difícil encontrar un grupo con el que aún se pueda aprender a tocar instrumentos. En eso también esta banda del sur de California sobresale. En uno de sus temas (una saga de no menos de siete minutos) se escucha un largo intro tipo viejo oeste que se transforma en una erupción de rock rabioso y termina con guitarras acústicas que se asemejan a un estilo cuasi-flamenco. La suerte de este grupo de cinco es que con mucha paciencia y trabajando en exceso han conseguido la libertad artística que les permite salirse de sus propias casillas y entregar al público un disco de rock potente, bien producido y sin debilidades.
En la voz M. Shadows hace un trabajo impecable para este disco. No se asemeja a los intentos de otras bandas por sobresalir; sencillamente en las letras de los temas de este disco se nota que su compositor tenía algo que decir. Synyster Gates en las guitarras lead y su colega Zacky Vengeance en las rítmicas cumplen la siniestra labor de darle cuerpo al grupo. Su combinación es espeluznante y virtuosa. Parecen demasiado jóvenes para desgarrar de seis cuerdas sonidos que asemejan a Iron Maiden, Pantera o Led Zeppelin al mismo tiempo. Johnny Christ encargado del bajo y TheRev en la batería terminan de armar el cuerpo de esta agrupación que trae de vuelta la malicia al rock.
Su disco de once temas, según describe la banda en su website, le saca el dedo del medio a la idea de las categorizaciones (olviden la comparación con guitarras flamencas). Aquí nada es una “combinación de varios ritmos”; es rock y ya. Para conocer más de esta banda pueden visitar
www.avengedsevenfold.com o conseguir de alguna manera su última producción “City of Evil”.